El jefe de Gabinete de la cartera sanitaria de la Provincia, Pablo Garrido, llevó tranquilidad a los manifestantes y explicó que "la transferencia fue una decisión judicial en el marco de la causa de la cuenca Matanza-Riachuelo. El juez entendió que los hospitales de esa zona debían pasar a funcionar bajo la órbita del Estado provincial".
Enfatizó también que "la transferencia del hospital de Wilde desde el municipio de Avellaneda a la Provinciano afectará en absoluto la estabilidad laboral de los más de 300 trabajadores del establecimiento". Y confirmó que "como consecuencia del traspaso, el hospital no sufrirá alteraciones en su funcionamiento, en materia de presupuesto, insumos ni recursos humanos, incluso, se mantendrá la misma dirección ejecutiva".
En el mismo sentido, se manifestó el secretario de Salud de Avellaneda, Luis Parrilla, al decir que "la Provincia trabaja muy seriamente en el traspaso de competencia y esto implica la garantía de estabilidad laboral para los trabajadores". Aclaró que, además, se contemplarán "casos particulares", por ejemplo, de personal que está cerca de la jubilación, a quienes se les permitirá mantenerse en relación de dependencia con el municipio".
La decisión judicial se fundó en la capacidad y experiencia del Estado Provincial en la administración de hospitales públicos, habida cuenta de que la Provincia cuenta con 78 hospitales públicos en los cuales se internan unas 400 mil personas y se asisten más de 10 millones de consultas por año.
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